Cada día que me conecto contigo a través
del PC, me despido de la máquina con la certeza, o el deseo explícito, de saber
que si tuviéramos oportunidad elegiríamos el abrazo cálido ante el “comentario”
o el “me gusta”. Por tanto, si me tienes cerca, propicia el encuentro y cuando
me veas abrázame, porque la piel sin piel se marchita.
Agua y desierto,
palabra y silencio,
soledad y encuentro.
Somos piel…
horizonte y cimiento,
brecha y recelo.
Somos piel…
Herida y aliento,
memoria y anhelo,
viento y sendero.
Somos piel…
ímpetu y derrota,
historia y vuelo.
Somos piel…
y no calor sin caricia,
y no coraje sin lucha.
Somos piel…
y no sentido sin tiempo,
y no pisada sin huella.
Somos piel…
y no destino sin puerto,
y no deseo sin savia.
Somos piel…
¡Abrázame!