La
constatación de que Internet nos está cambiando condensa uno de los debates más
importantes de nuestro tiempo: ¿mientras disfrutamos de las bondades de la Red,
estamos sacrificando nuestra capacidad de leer y pensar con profundidad? · Nos
estamos haciendo más hábiles para manejar y ojear superficialmente la
información pero estamos perdiendo nuestra capacidad de concentración,
contemplación y reflexión.
“Mi interés como
escritor es describir un fenómeno complejo, no hacer libros de autoayuda. En mi
opinión, nos estamos dirigiendo hacia un ideal muy utilitario, donde lo
importante es lo eficiente que uno es procesando información y donde deja de
apreciarse el pensamiento contemplativo, abierto, que no necesariamente tiene
un fin práctico y que, sin embargo, estimula la creatividad. La ciencia habla
claro en ese sentido: la habilidad de concentrarse en una sola cosa es clave en
la memoria a largo plazo, en el pensamiento crítico y conceptual, y en muchas
formas de creatividad. Incluso las emociones y la empatía precisan de tiempo
para ser procesadas. Si no invertimos ese tiempo, nos deshumanizamos cada vez
más. Yo simplemente me limito a alertar sobre la dirección que estamos tomando
y sobre lo que estamos sacrificando al sumergirnos en el mundo digital. Un
primer paso para escapar es ser conscientes de ello. Como individuos, quizás
aún estemos a tiempo, pero como sociedad creo que no hay marcha atrás.”